Después de casi un año de pleno impacto de la reforma laboral, Randstad Research reúne al Comité de Expertos Jurídico en una sexta sesión para debatir abiertamente sobre sus efectos. La reunión, que se celebró el jueves 23 de febrero, se centró también en analizar una de las figuras estrella de la reforma: el desarrollo del contrato fijo discontinuo.
Aunque la mayoría ha coincidido con que el objetivo principal de la reforma laboral, que perseguía reducir la temporalidad en el sector privado, ha sido todo un éxito, se han subrayado otros efectos positivos y negativos a valorar a raíz de la reforma:
- La temporalidad en el sector privado se sitúa por debajo del 15%.
- La temporalidad en el sector público se mantiene por encima del 30%.
- El importante crecimiento de la contratación indefinida.
- Fuerte crecimiento de la mortalidad del contrato indefinido.
- Fuerte crecimiento de las no superaciones del periodo de prueba.
Algunos de estos efectos, ocasionados al utilizar contratos indefinidos para cubrir necesidades temporales (que no han desaparecido), han llevado a los participantes del comité a preguntarse: ¿realmente la reforma ha tenido el impacto esperado?
En cuanto al contrato fijo discontinuo, todos han estado de acuerdo en que vivimos una situación de impás hasta que los convenios colectivos sectoriales o los convenios colectivos de empresa empiecen a regular determinadas circunstancias. Cuestiones poco trabajadas en la norma que asustan a muchas compañías y que generan una gran inseguridad jurídica. Inseguridad caracterizada por el desconocimiento en la manera de proceder y, también, por las posibles sanciones económicas de no implementar adecuadamente la norma.
Está por ver cuál va a ser el verdadero recorrido del contrato fijo discontinuo, que realmente ha ayudado a eliminar el exceso de utilización fraudulenta del contrato temporal, pero en el que hay que aclarar todavía muchos de los elementos en juego.
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